domingo, 15 de noviembre de 2009

Palabras del alma (7): Bailar.





Uno, dos, tres. Un, dos tres…
Cerró los ojos y dejó que las sensaciones recorriesen su cuerpo, sintió la música y se hizo grande. Se imaginó que no estaba en una clase, que nadie la estaba mirando y al abrir los ojos, estaba sola. Sola en la habitación. No había nadie cuchicheando cuando se equivocaba, y nadie se reía si tropezaba. Se imaginó que los pasos le salían a la perfección, estaba recta y tenía la técnica… Se sintió aire, agua, fuego, libre, ligera. Sintió dulzura, amor, cariño, amistad, fortaleza.
Paró cuando la música lo hizo y parpadeó varias veces mientras notaba como la burbuja de cristal en la que se había sumergido durante tres escasos minutos, se rompía en mil pedazos y volvió al mundo real. Sintió como las cuerdas volvían a atarla y le impedían volar y como todos los sentimientos buenos eran sustituidos por el odio, la venganza, el dolor, el desconcierto... Todo el mundo la miraba y ella bajó la cabeza, avergonzada. Pero los ojos de sus compañeras y compañeros, los ojos de su profesor, tenían un brillo distinto a otras veces. Uno que no supo definir pero que durante un segundo hizo que una pequeña calidez le recorriese el cuerpo y neutralizase todos los malos sentimientos que retenía en su pequeño corazón.
- ¿En qué pensabas? - susurró una voz en su oído.
- ¿Qué?
- Al bailar, ¿en que pensabas?
Ella sonrió tristemente e intentó contener las lágrimas.
- Pensaba en todo lo que me gustaría ser, en todo lo que me gustaría sentir pero que está fuera de mi alcance…

1 comentarios:

Diana Ginkgo dijo...

Bonito momento sin ataduras.
1000 Besos